Con la finalización de las vacaciones de verano y la entrada del mes de septiembre comienza el nuevo curso escolar. El alumnado retoma las clases y los comedores escolares se preparan para ofrecer menús equilibrados y sostenibles, fomentando un espacio idóneo para adquirir unos hábitos alimentarios saludables que se pueden mantener a lo largo de toda la vida.
El departamento de Nutrición y Dietética de Central Borne tiene muy presente que los menús que se presentan en los comedores de los centros docentes deben cumplir con varias funciones esenciales, siempre teniendo en cuenta la adaptación a necesidades especiales en función de la edad, la condición de salud y las alergias o intolerancias, entre otros:
Satisfacción de las necesidades nutricionales: Los comedores escolares deben proporcionar alimentos que cubran las necesidades energéticas y nutricionales de los usuarios. Se estima que la comida de mediodía debe representar aproximadamente un 35% de sus necesidades energéticas diarias.
Prevención de la obesidad infantil: Es fundamental que los menús estén diseñados para prevenir problemas de salud como la obesidad infantil. Nuestras dietas equilibradas fomentan hábitos alimentarios saludables.
Educación nutricional: Además de la función alimentaria, los comedores escolares desempeñan un papel educativo importante promoviendo una alimentación variada e incluyendo alimentos de diferentes grupos a la vez que favorecen la concienciación sobre el desperdicio alimentario.
En definitiva, los menús de los comedores escolares son una herramienta clave para promover la salud y el bienestar del alumnado ofreciendo comidas equilibradas y nutritivas que contribuyen no sólo al desarrollo físico sino también a la formación de hábitos alimentarios que perdurarán en la vida adulta.
