El mercado bovino en España está experimentando un momento de tensión con precios al alza por una serie de factores económicos, sociales y ambientales.
El mes de enero ha estado marcado por poca oferta y mucha demanda.
Por un lado, el aumento de población y el cambio en los hábitos de consumo han disparado una demanda que en ocasiones ha superado a la oferta.
Por otro lado, el aumento de los costes de producción sumado al impacto de las políticas medioambientales y de bienestar animal han llevado a algunos ganaderos a reducir su producción para adaptarse a las nuevas normativas. Además, países como Marruecos y el mercado asiático pagan auténticas barbaridades para tener producto, lo que limita la oferta nacional.
A pesar de todo, las exportaciones de ganado vivo en noviembre de 2024 bajaron un 46% con respecto al mismo mes del año anterior.
Esto se traduce en un mercado bovino alcista, que no sólo afecta a nuestro país sino también a buena parte de Europa, incidiendo directamente en el precio de los animales de reposición y generando una gran incertidumbre en el sector.
Todo apunta a que el mercado en 2025 continuará con una falta bastante importante en la disponibilidad y, por lo tanto, no se prevé una estabilización de los precios a corto plazo.